viernes, 8 de octubre de 2010

Hidalgo. La Historia Jamás Contada (2010)

Recomendada para: Si el morbo de saber como "supuestamente" fue Hidalgo te llama la atención.
No recomendada para: Quienes esten hartos del Bicentenario, de la historia de México o quienes esperen una cinta épica sobre la guerra de Independencia.
Aunque a Miguel Hidalgo lo llamamos el Padre de la Patria, en realidad poco (si no es que nada) se sabe acerca de la vida de este personaje. Incluso, recientemente aprendí que la imagen que todos conocemos de Hidalgo (esa del viejito de gesto amable, medio calvo y canoso) ni siquiera es suya. Partiendo de esta idea, Eduardo Mendoza se dió a la tarea de escribir una historia, ficticia pero bien documentada, para que pudieramos imaginarnos como fue Hidalgo en vida, la clase de persona que era y todo aquello que lo motivó a levantarse en armas aquel día de septiembre de 1810. El resultado no es malo, pero dista mucho de ser la gran cinta mexicana que el corto, los medios y el Bicentenario nos prometían.

Encarcelado y condenado a muerte, Miguel Hidalgo (Demián Bichir) pasa sus últimos días reflexionando y recordando su vida, la gente que conoció, los lugares que visitó, etc. De entre todos sus recuerdos hay uno que sobresale: cuando fue párroco del pequeño poblado de San Felipe, lugar al que fue enviado como "castigo" por su conducta revoltosa y escandalosa. Cansado de las calumnias en contra de su persona y de las injusticias que aquejan a la sociedad, Hidalgo organiza a los habitantes del lugar para montar un obra de teatro -basada en los textos de Moliere- para burlarse y denunciar la situación.

El guión de la película no es malo, de hecho cumple sin pretensión alguna su objetivo: presentar una teoría de como es que pudo ser la vida de Hidalgo. Es importante dejar en claro que lo que verán no es 100% VERÍDICO, no se vayan a ir con la finta. Tampoco van a ver el "famoso" Grito de Dolores, ni la toma de la Alhóndiga de Granaditas, ni ningún tipo de batalla épica, ni nada por el estilo. Lo anterior no significa que la película no tenga chiste o que sea aburrida, al contrario, el trabajo de investigación es lo suficientemente bueno para que el público se sienta trasnportado a esa época. Adicionalmente, el guión cuenta con una buena dosis de humor que relaja bastante el ritmo de la cinta y no se siente pesada aún cuando ésta dura cerca de 2 hrs.

El reparto de la película cuenta con grandes talentos por lo que las actuaciones están bien e incluso hay un par que destacan. Demián Bichir nos brinda una actuación bastante decente que en ciertos momentos es muy buena, pero que en otros nomás no le salió y se ve mal. Quizás sus fallas se deban a la exaltación exagerada del personaje, pues es el único que se llega a sentir falso en cuanto a su forma de ser. Ana de la Reguera interpreta a Josefa Quintana, una mujer de quien Hidalgo se enamora a primera vista. Ana en esta ocasión brilla por su ausencia, aparece poco en pantalla y las veces que lo hace no son precisamente los momentos cumbre de la cinta. Por el contrario, Cecilia Suárez, quien también sale poco, hace gala de su gran talento y brinda una actuación sólida y bastante divertida. Ella interpreta a Amadita, una mujer obesionada con seguir los pasos de una santa, pero que después de la aparición de Hidalgo, decide unirse a su grupo de liberales. La otra actuación destacada, es la de Gerardo Trejo Luna, quien interpreta al "malo" de la historia. Su personaje, el clérigo Ramírez, es un hombre sumamente religioso, envidioso e hipócrita, la encarnación de todo lo que estaba mal (y sigue estando) en la Iglesia. El resto del reparto lo integran personalidades como Juan Carlos Colombo, Marco Antonio Treviño, Juan Ignacio Aranda y Raúl Méndez.

El punto más fuerte de la película sin duda tiene que ver con la ambientación, es decir, vestuario, escenografía, locaciones, etc. Es aquí donde se nota que alguien sí hizo bien su tarea porque hasta los más pequeños detalles como el uso de chiqueadores (esos como lunares que traen las mujeres en la sienes para aliviar el dolor de cabeza) fueron tomados en cuenta para mantener el efecto de la época. Donde la cinta cojea un poco es en las locaciones, ya que si bien se fueron a filmar a algún lugar con edificios coloniales, muchos de estos están tan deteriorados que se nota a leguas en la pantalla que no se realizó ningún trabajo de restauración en ellos.

En conclusión, Hidalgo es una buena película si se le considera como lo que es, una historia ficticia situada a principios del siglo XIX. Esperar algo más de ella sería un error, así que quienes lo hagan no se sorprendan de salir decepcionados de la sala de cine. A pesar de no ser la mejor película mexicana, Hidalgo sale bien librada en esta temporada de festejos bicentenarios, donde la mediocridad fue la gran constante, y lo hace de gracias a que tiene lo necesario para entretener al público.

ADVERTENCIA: Los siguientes párrafos contienen información esencial acerca de la trama de la película.

Me latió:

1. La caracterización de los personajes históricos está muy bien cuidada. Aunque en la mayor parte de la película vemos a un Hidalgo mucho más joven al que las monografías y libros de texto nos han acostumbrado, en las escenas de su "vejez" el parecido es bastante. Morelos es otro cuya caracterización me agradó bastante, sí es igual a como al menos yo me lo imaginaba.

2. A pesar de ser ficción, la película hace referencia a varios momentos históricos reales. Por ejemplo: la persecución de los jesuitas decretada por la corona española (incluso vemos por ahí a Fray Servando Teresa de Mier) o la caída de la misma a manos de los franceses.

No me latió:

1. La personalidad que le dieron a Hidalgo, pues lo exaltan al grado de que casi casi parece un santo. En la cinta, es retratado como un hombre inteligente, bondadoso, humilde, justo, culto y liberal que no vacila ni un momento en defender sus creencias y actuar ante la injusticia y la desigualdad social....pffff. El resultado es que al final, pareciera que el único error y pecado de Hidalgo fue querérsela pasar muy bien todo el tiempo, vivir de fiesta y ser feliz.....NO MAMEN.

2. ¿Realmente era necesario el personaje de Ana de la Reguera? ¿Era necesaria una pseudo historia de amor intercalada en la trama principal? La respuesta es no, el romance entre estos 2 personajes no aporta nada y acaba sobrando. La verdad es que esto sólo sirvió de pretexto para encuerar en pantalla a Ana de la Reguera.

3. ¿WTF con el torero loco? Desconozco si éste personaje fue real pero seguramente no lo fue. Al principio cuando salió toreando me pareció X, pero cuando sale en otra escena matando españoles con su espada, con cara de psicópata y casi casi bañándose en la sangre de sus víctimas, ahí fue cuando me pregunté ¿en la mente de quién DIABLOS esto parecía ser una buena idea? FAIL.


1 comentario:

Anónimo dijo...

fe de erratas.

Agustín "el diestro" Marroquín
(El toreo con cara de loco.)

Fungió como torero en el bajío guanajuatense mejicano en los años previos a la independencia de México y a quien conoció el libertador d. Miguel Hidalgo y Costilla en su faceta como aficionando y criador de toros de lidia. Agustín Marroquín fue liberado de la cárcel, donde se hallaba recluido por la comisión de diversos delitos, por las tropas de Hidalgo al llegar a Guadalajara, Jalisco, Méjico. Ahí d. Miguel Hidalgo le nombró como uno de sus capitanes de confianza y escolta personal. En esta misma ciudad, se autorizó (en represalia por las atrocidades españolas) la degollación de unos 200 españoles que se tenían presos, y los cuales fueron sacados fuera de la ciudad en diversas partidas de 20 á 30. Tales actos venían á rebajar mucho el mérito del caudillo, pues pareciera que de esta manera se proponía imitar al sanguinario brigadier de caballería, d. Félix María Calleja del Rey, o propiciar el intercambio de prisioneros de guerra. El Torero Marroquín fue el instrumento de estos horrores, pues además dirigió los fusilamientos de españoles (hombres, mujeres, ancianos, niños) realizados todas las noches durante 15 días en esa ciudad. El capitán Agustín Marroquín, caudillo de la insurgencia, fue aprehendido en Acatita de Baján (Municipio de Castaños, en el norteño Edo de Coahuila, Méjico), junto con el Cura Miguel Hidalgo y otros capitanes insurgentes que fueron masacrados poco tiempo después, siendo fusilado y degollado después de muerto, y su cabeza colgada en plaza pública como escarmiento, el 10 de mayo de 1811 en la ciudad de Chihuahua.

El historiador Luis Castillo Ledón, en su biografía de don Miguel Hidalgo y Costilla, registra que Agustín Marroquín arribó a la Nueva España en 1803, sirviendo en casa del virrey Iturrigaray, y que tras ser despedido se hizo tahúr y bandolero, que toreaba por el Bajío y que acusado de robo pasó cinco años en la cárcel de Guadalajara hasta que su antiguo conocido y proveedor de toros, el cura-ganadero de Jaripeo, don Migue Hidalgo, lo libera a finales de noviembre de 1810, permitiendo además que tomara venganza de sus aprehensores, por lo que el resentido diestro mató a estoque o degolló y apuntilló a docenas de españoles y criollos en la barranca de Oblatos. Ocho meses después, el torero Marroquín también sería fusilado en Chihuahua, junto con los jefes insurgentes Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez, cuyas cabezas estuvieron 11 largos años enjauladas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, pudriéndose a la intemperie para escarmiento de los que soñaban con una patria independiente y menos injusta.
Fuente:
Leonardo Páez/ Periódico La Jornada/Lunes 27 de septiembre de 2010, p. a46
http://www.jornada.unam.mx/2010/09/27/index.php?section=deportes&article=a46n1dep



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