Recomendada para: Los que disfrutaron de películas como El Vuelo o Gran Torino.
No recomendada para: Los que esperan una cinta de acción o algo del estilo de Drive, y si no les gustan las películas tristes, ni se le acerquen.
Esperábamos ver Drive 2 -con toda la controversia de opiniones que en el equipo de Maíz Palomero implica- y resultó que... pues tanto Ryan Gosling como Bradley Cooper nos demostraron una vez más lo versátiles que pueden ser como actores, estelarizando una cinta que a Drive no se le parece en casi nada. ¿Nos gustó? Sí, sí nos gustó, aunque esta película no encajó para nada con las expectativas que teníamos al entrar a la sala (tanto para bien como para mal).
Luke (Ryan Gosling), un muy zarrapastroso motociclista de riesgo que trabaja para un espectáculo de feria ambulante, se entera de que tiene un bebé de un año con su ex-chica, Romina (Eva Mendes). Luke hará lo que sea necesario para mantener a su hijo, Jason, y tratar de recuperar a Romina de las garras del nuevo novio; incluso acercarse a la "fácil" vida del crimen. Hablar más sería arruinar la peli; baste con decir que éste es tan solo el principio de una cinta bastante larga que cuenta una historia bastante compleja.
La película habla de las apariencias y de los conflictos morales, pone en duda los estándares marcados por la sociedad, de lo "bueno" y de lo "malo", evidencia la porquería de mundo en que vivimos. Sé que ésta es una descripción bastante abstracta y escueta, pero si van a ver la cinta, la entenderán mucho mejor y si, como decía en un principio, les agradan las historias tristes, probablemente ésta les va a gustar bastante.
En lo que a actuaciones se refiere, el señor Gosling, una vez más sin salirse del estilo de galán introvertido que lo caracteriza, nos regala a un personaje entrañable a pesar de todo lo mugroso, vago y criminal que pueda llegar a ser. Por otro lado, Bradley Cooper también lo hace bastante bien, sin ser quizá su mejor actuación -no le llega a su trabajo en Silver Linings Playbook-, pero presenta un contraste muy interesante: él te cae bien porque es el modelo de bondad encarnado por un actor bastante simpático, pero en realidad actúa como un verdadero infeliz. Eva Mendes, a pesar de no caerme del todo bien, también hizo un buen trabajo como actriz de reparto junto con Ben Mendelsohn, quien interpreta a Robin, el mecánico redneck amigo de Luke. El señor Ray Liotta tiene una breve aparición en la cinta y, como casi siempre, su personaje es un verdadero asco de ser humano.
Otro punto a favor de la cinta es la fotografía, otra vez de contrastes: a pesar de que se desarrolla en una pequeña y poco interesante ciudad industrial -Schenectady, NY- las imágenes de carreteras y caminos entre los bosques son verdaderamente agradables. Por cierto que la película toma su nombre del significado de la palabra Schenectady en lengua Mohawk: el lugar más allá de los pinos; de ahí que los bosques aparezcan con frecuencia en pantalla.
El punto en contra más grave que tiene la película es que es extremadamente larga. Mi recomendación: no la vayan a ver si están cansados o si pretenden salir pronto del cine porque dura casi dos horas y media, y si a eso le sumamos que el ritmo es bastante lento, de repente uno siente que ha pasado una eternidad en el cine.
Ni se trata de la película del año ni nada por el estilo, pero creo que es una de esas cintas que de alguna forma logran marcar a los espectadores en un lugar recóndito de la conciencia o de la moral; que te hace sondear profundidades del autoengaño moral y social al que todos como seres humanos estamos más que expuestos. La historia del director y guionista Derek Cianfrance me dejó, a pesar de todas las tristezas, un buen sabor de boca, porque en definitiva las tramas que hacen reflexionar están en la lista de mis preferidas.
ADVERTENCIA: Los siguientes párrafos contienen información esencial acerca de la trama de la película.
Me latió:
1. Los varios giros de la historia: cuando crees que el estelar es Ryan Gosling, ¡sorpresa! un giro; cuando crees que entonces la película va a acabar con la historia de Avery, ¡sorpresa! otro giro; cuando crees que la película se va a acabar cuando te revelen que los hijos de Avery y Luke se hagan amigos, ¡sorpresa! un giro más. A pesar de que esto me gustó, porque hace que puedas entender mejor las sutilezas que definen a los caracteres contrastantes de los personajes, también es un pequeño contra, porque es lo que hace que la película sea larguísima y difícil de digerir.
2. Ryan Gosling cantando "borriquito como tú, que no sabes ni la u". Creo que además de ver al personaje estúpidamente contento, la cancioncita tiene un sabor muy especial para los hispanoparlantes que podemos entenderla. Siempre es gracioso ver a un gringo hablando -o cantando- en español masticado.
3. Kofi diciendo: "I am your father" en la voz de Darth Vader.
4. Ray Liotta: el scumbag de toda la vida.
No me latió:
1. La esposa de Avery, Jennifer (Rose Byrne). Es demasiado equis, su papel es meramente ilustrativo. Igual que el papá de Avery (Harris Yulin).
2. Que Robin destruya la moto. Además de ser un detalle mala leche, no le encuentro mucho sentido a la borrachera momentánea del personaje que deriva en la estupidez de: "tengo un amigo con el que no se puede dialogar porque se pone bastante pantera; ¿qué tal si destruyo su amada moto para que se calme y piense las cosas?"
3. Ray Liotta: el scumbag de toda la vida. Aclarando: está excelente Ray Liotta como actor encarnando al personaje infeliz hijo del mal (por eso me latió), pero el personaje es realmente odioso. Grrr.
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