¡Por fin! Después de meses y meses de procrastinar el podcast, finalmente nos pusimos las pilas y grabamos el primer episodio de esta temporada :D ¡¡YEAHHH!!!
¿Cuántos episodios habrá por temporada y cúantas temporadas van a ser? Aún no lo sabemos, nosotros esperamos que muchos muchos. En el inter, escuchen el primero y manden todos sus comentarios a nuestro correo oficial cacaro@maizpalomero.com o bien pueden dejarlos aquí mismo o en nuestras redes sociales.
El podcast lo pueden descargar aquí o directo en iTunes o escuchar en el player que está en la barra lateral del sitio.
Esperamos que lo disfruten tanto como nosotros disfrutamos grabándolo y aprendiendo a hacerlo.
Queremos agradecer a Hideyoshi Toyoda y Marie González por su ayuda con la producción de este podcast :)
Recomendada para: Si disfrutas del humor negro o si te gusta el teatro contemporáneo.
No recomendada para: Si esperas una comedia de pastelazo, cine ligero o si las películas en un sólo escenario (tipo teatro) te aburren.
Supongo que por mis recomendaciones se habrán dado cuenta ya: ésta es una obra de teatro. Titulada “Le Dieu du carnage” en el francés original o “El Dios Salvaje” en su traducción al español fue escrita por Yasmina Reza, quien es toda una prodigio del teatro contemporáneo, premiadísima por todos lados. Además de eso, uno de los top directores de cine, Roman Polanski (muy a pesar de sus problemas con la ley y la moral, habrá que admitir que como cineasta rifa), nos trae a las pantallas esta historia. Por si fuera poco, el reparto está conformado por tres ganadores al Óscar y un nominado al mismo premio, todos estelarizando esta gran farsa cómica. ¿Resultado? Una buena cinta hecha casi nada más de guión y actuaciones.
Nuestros personajes son Penelope y Michael Longstreet (Jodie Foster y John C. Reilly respectivamente) y Nancy y Alan Cowan (Kate Winslet y Christoph “Dios” Waltz); dos matrimonios que tienen hijos de once años. El niño de los Cowan, tras haber sido llamado “soplón” por el de los Longstreet, golpea a éste con un palo en la cara y le tira dos dientes. Los Longstreet, alarmados y para evitar un problema, invitan a los Cowan a discutir el asunto y llegar a un cordial acuerdo. La historia se desarrolla durante dicha reunión.
Desde que arranca la película cuesta trabajo aguantarse las ganas de burlarse de los personajes. Cualquiera que tenga hijos o que recuerde cómo era ser un niño en problemas podrá identificar varias conductas de las mamás protectoras y los papás desconectados, de atacantes y atacados, en fin, de las estupideces que somos capaces de cometer los seres humanos en situaciones de estrés sin sentido, lo cual, siendo francos, resulta graciosísimo. Al ser una cinta de tipo teatral, contar detalles de la historia implica echarla a perder: la anécdota es sencilla pero los personajes se van volviendo cada vez más complejos, se trata de entender las transformaciones de los seres humanos y no de una historia con muchos hechos memorables ni nada por el estilo.
Las actuaciones, como ya había mencionado, son de lo mejor. Más específicamente, la mancuerna entre Christoph Waltz y Kate Winslet es genial y me parecen la personificación perfecta de la frase “siempre hay un roto para un descosido”. Jodie Foster -que suele caerme super bien- acabó cayéndome en la punta del hígado, que es precisamente el punto de su personaje; o sea, es buenísima al ser odiosa como pocas. John C. Reilly pasa de ser el idiota buena ondita -que va muy bien con su aspecto físico- a ser el patán más naco de todos. Todo poquito a poco, en una de las situaciones más incómodas que cualquier adulto se pueda imaginar.
Por otro lado, adaptar teatro a cine nunca ha sido cosa sencilla. Varios ejemplos de obras que funcionan muy bien en el escenario han sido llevados a la pantalla y resultan en rotundos fracasos o, por lo menos, no le llegan ni a los talones a las producciones escénicas. Como ejemplo reciente tenemos a La Dama de Negro (a pesar de ser una novela lleva años adaptada a teatro en los escenarios mexicanos) que, para los que hemos visto la obra, quedó cortísima. Estas dificultades se notan bastante en ¿Sabes Quién Viene?, sobre todo en cuestión de actuación. Para los que frecuenten el teatro será fácil entender que la interpretación en este ambiente debe ser mucho más exagerada que en cine, y hay momentos en esta película en que los actores se pasan de exagerados. Lo bueno es que estos momentos fueron pequeñitos y no afectan en gran medida al resultado final.
La dirección también es buenísima: además de lo que ya mencioné en cuanto a las actuaciones, las tomas cerradas en un departamento minúsculo en Nueva York transmiten la incomodidad del ambiente, hacen que los personajes se vean demasiado grandes para la pequeña sala en la que se encuentran y uno acaba desesperándose y esperando lo peor.
Como conclusión, y para ya no hacer más largo el cuento, ¿Sabes Quién Viene? es una gran cinta, principalmente porque la obra en que se basa es buena y luego porque la adaptación está bien hecha. Si disfrutan de las farsas, si les caen bien los actores o si les gusta el teatro, corran a ver esta peli porque no pinta para durar mucho más en cartelera.
1. Christoph Waltz. Además de ser fan del super awesome Hans Landa debo decir que su personaje, abogado cliché pegado con Kola Loka al celular, mete momentos de incomodidad suprema que no hacen sino provocar carcajadas. Además de eso, el más cínico de todos es él y eso siempre es chistoso.
2. El momento en el que Kate Winslet guacarea asquerosamente sobre los libros de arte. No es que me guste el vómito ni nada por el estilo, pero cosa más graciosa no se me pudo ocurrir. La cara de llanto incipiente que se avienta Jodie Foster cuando ve sus preciosos libros de arte todos llenos de porquería no tiene precio.
3. Jodie Foster passive-agressive. Me recuerda tanto a tantas discusiones que he presenciado de adultos que se vuelven estúpidos y como bestias cuando se pelean. Carcajadas grandes.
No me latió:
1. El final cae de sopetón. En teatro esperaríamos un oscuro y que la obra termine; en cine nos cortan la escena rapidísimo y la cambian por la imagen del hamster y de los niños haciendo las paces. No fue mi parte favorita, debo admitir.
2. Vuelvo a las dificultades de adaptar. La actuación de Jodie Foster es la que más se sale de lo cinematográfico y pasa a lo teatral, particularmente cuando ya comienza a desesperarse demasiado.