Recomendada para: Público en general, fans de Jean-Pierre Jeunet y quienes gustan de la buena comedia y no el pastelazo gringo.
No recomendada para: Esnobs que piensan que el cine francés = Amélie y esperas ver algo similar porque el director es el mismo.
Seguramente ya lo había comentado o ustedes lo habrán notado (siempre y cuando sean asiduos lectores de este blog) con anterioridad: detesto a Francia, a los franceses, el idioma francés y prácticamente cualquier cosa que tenga que ver con ellos. Pero incluso en esto de detestar existen excepciones, un par de películas y de actores/actrices quedan exentos de mi desprecio. No me atrevería a decir que el director Jean-Pierre Jeunet sea una de esas excepciones, pues aunque en su haber se encuentra la "aclamadísima" Amélie (es muy buena pero tampoco es la octava maravilla), también hay cosas bastantes nefastas como la 4ta entrega de Alien o el bodrío aquel de La Ciudad de los Niños Perdidos. Después de un largo periodo de descanso, Jean-Pierre regresa al cine con la que bien podría ser su mejor película y que definitivamente sí entra a mi lista de excepciones francesas. Se nota que esos 5 años en los que estuvo alejado del cine le ayudaron bastante.
Bazil (Dany Boon) es un hombre al que la vida no ha tratado muy bien. De niño, su padre murió en Marruecos debido a la explosión de una mina terrestre. Como adulto, una bala pérdida se ha incrustado en su cráneo, razón por la cual tiene que ser hospitalizado y para cuando es dado de alta, ya ha perdido tanto su empleo como su hogar. Después vagar sin rumbo por días, Bazil es adoptado por una "familia" de vagabundos con habilidades inusuales que sobreviven de lo que pueden rescata de los basureros: una chica que es una calculadora viviente, un etnólogo, un hombre bala, un inventor, una contorsionista, etc. Por azares del destino, un día mientras recorre las calles en busca de basura, Bazil se topa con las dos empresas responsables de su miseria. El momento de la venganza ha llegado y con la ayuda de su nueva "familia", pondrá en marcha un grandioso plan para lograrlo.
La película es muy buena y esto se debe a que el guión es excelente. Si vieron Asesino a Sueldo (Lucky Number Slevin) la trama les resultará conocida, si no es que casi idéntica salvo por el gran elemento cómico al que Jeunet recurrió para su cinta. Éste es precisamente el punto más fuerte de la película, un sentido del humor tan inocente y "buena ondita" que no necesita de groserías, chistes sexuales o golpes en los genitales para tener a la audiencia atacada de risa. Al elemento de comedia hay que sumarle una serie de ideas muy ingenionsas a las que el protagonista recurre para llevar a cabo su plan. En cuanto al ritmo, debo decir que en los primeros 20 minutos no está muy claro hacia donde pretende ir la película, si se trata de algo serio o no, pero afortunadamente en este punto las cosas comienzan a cobrar sentido y el tedio se termina. Por si fuera poco, la cinta critica de una forma sutil a la industria armamentista, muy al estilo de como lo hace Hombre Peligroso (Lord of War), aquella película en la que Nicolas Cage era un traficante de armas.
Las actuaciones son bastante buenas, aunque tampoco son una revelación. Dany Boon se lució con su personaje, Bazil, con quien el público simpatiza de ¡nmediato y se mantiene así hasta el final de la película. André Dussollier y Nicolas Marié interpretan a los dos malos del cuento, los empresarios ambiciosos, corruptos y sin escrúpulos a los que sólo les importa aumentar las ganancias de sus companías. Las similitudes y diferencias entre los personajes de ellos dos resulta bastante interesante y aporta muchísimo al desarrollo de la historia. Del resto del reparto no hay mucho que decir, todos los personajes son excéntricos a su manera y es esta misma excentricidad lo que los hace indispensables para el plan de Bazil. El reparto lo integran Jean-Pierre Marielle como el ex-convicto, Yolande Moreau como la cocinera, Julie Ferrier es la contorsionista, Omar Sy el etnólogo, Dominique Pinon es el hombre bala, Michel Crémadès el inventor (el mejor de todos estos a mi parecer) y Marie-Julie Baup como la calculadora humana.
En conclusión, Micmacs es una gran película que cumple por completo su propósito de ser divertida y entretenida. Si bien a momentos nos recuerda un poco a Amélie (en la parte visual y la música) no hay que cometer el error de comparalas entre sí, pues no tienen nada que ver en cuanto a historia y narración. Lamentablemente la cinta no duró mucho tiempo en cartelera, así que les recomiendo que en cuanto puedan la compren o renten, les garantizo que no se arrepentirán.
ADVERTENCIA: Los siguientes párrafos contienen información esencial acerca de la trama de la película.
Me latió:
1. El sentido del humor que la película maneja. Se trata de un humor muy inocente, que recurre a las locuras y a la excentricidad como elementos para hacer reir a la gente. Situaciones que, guardando proporciones, parecieran que fueron planeadas por el Dr. Chun-Ga (el extraordinario personaje de Andrés Bustamante).
2. La rivalidad entre los dos empresarios, que se odian a más no poder pero coexisten sin hacerse daño el uno al otro, hasta que Bazil entra en sus vidas por supuesto.
3. Las creaciones del inventor que son de ese tipo de máquinas con mecanismos que parecen complejos pero que en realidad realizan una función muy sencilla. Además, el inventor es como un Geppetto pero afrancesado, osea muy chistoso.
4. La parte final del plan de Bazil, que consistió en "secuestrar" a los dos empresarios y hacerles creer que se encontraban en el medio oriente, a punto de ser ejecutados por las familias de las víctimas de las armas que fabrican. Aquí es donde la crítica a esta industria se hace muchísimo más presente.
No me latió:
1. ¿Qué onda con los anuncios dentro de la película que la promocionan a sí misma? La neta yo no entendí el sentido de hacer esto, me resulto más bien extraño e innecesario.
2. Salvo Bazil y los dos empresarios, el desarrollo de personajes es mínimo si no es que nulo.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
martes, 7 de septiembre de 2010
El Infierno (2010)
Recomendada para: Público en general con criterio, quienes quieran entender uno de los mayores problemas de la sociedad mexicana contemporánea o si te gustó la Ley de Herodes.
No recomendada para: Si la violencia te desagrada o si eres de esas personas cerradas que cree que todo es una exageración y que en realidad los problemas del país no son tan graves.
Por si alguien a estas alturas no lo sabe, este es el año del famoso "Bicentenario". Los medios de comunicación nos bombardean con spots para recordarnos a los héroes que nos dieron patria y libertad, los festejos que se avecinan, lo "maravilloso" que las cosas andan en el país y de la "dicha" de ser mexicano. Todo esto suena muy bonito y en verdad lo sería si no fuera porque la realidad del país dista mucho de ser la que nos han querido vender. El Infierno es una película que llega a las salas de cine en la víspera de los festejos del Bicentenario, para (además de causar polémica) tratar de generar conciencia por medio de un retrato duro, pero realista de lo que sociedad mexicana vive en la actualidad.
Benjamín García (Damián Alcázar) regresa a su pueblo natal, San Miguel Arcangel, después de vivir 20 años como mojado en los Estados Unidos y de inmediato se da cuenta que la situación en su comunidad está mucho peor que cuando el se fue. Por si fuera poco, recibe la noticia de que su hermano menor fue asesinado hace 6 años por un grupo de sicarios. En realidad su hermanito, conocido como El Diablo, era uno de los hombres más peligrosos del narcotráfico. Benjamín trata de ganarse la vida honradamente pero pronto se da cuenta que la única oportunidad para prosperar en ese lugar es trabajando como matón para la familia Reyes, quienes son dueños de prácticamente todo en kilómetros a la redonda. Poco a poco Benjamín se irá adentrando más y más en este mundo de violencia desmedida al mismo tiempo que luchará consigo mismo por rescatar algo de su humanidad.
¿Lo anterior les suena familiar? Tan sólo es la historia de miles de connacionales que por falta de oportunidades se ven forzados a cruzar la frontera o volverse narcotraficantes. Luis Estrada (a quien seguramente van a tachar de ser el enemigo público #1 del momento) conoce a la perfección a su público y lo demuestra con uno de los mejores guiones que el cine mexicano ha visto en su historia. ¿A qué me refiero? Pues a que todo lo que va sucediendo a lo largo de la cinta está diseñado de tal forma que causa en el espectador la reacción esperada en el momento esperado. La primera parte de la película explota el esterotipo del narcotraficante en una combinación de parodia y humor negro que recuerdan un poco el estilo de La Ley de Herodes. Lo grandioso viene después, pues justo cuando el espectador ya está metidísimo en la trama, la cinta deja completamente de lado la comedia y comienza a presentarnos la realidad a la que la gente de estas comunidades debe enfrentarse día con día, esa de la que todos los demás tan sólo escuchamos de lejos (por supuesto manipulada) en algún noticiero. En este punto ya no había risas en la sala de cine en la que me encontraba, todos observamos atentos y horrorizados a las imágenes que se nos presentaban, pues como dicen por ahí "La verdad no peca, pero incomoda".
Las actuaciones son excelentes ya que el reparto lo integran prácticamente los únicos talentosos del país. Damián Alcázar nos brinda una magnífica actuación como Benjamín, éste hombre común y corriente que vive un constante conflicto consigo mismo por las cosas que se ve obligado a hacer para poder ganarse la vida. De igual manera, Joaquín Cosio hace lo suyo en el papel de El Cochiloco, un hombre muy parecido a Benjamín pero que a diferencia de éste, no tiene ya ningún rastro de humanidad ni moral. Elizabeth Cervantes también hace un buen trabajo, ella interpreta a Lupita, el interés amoroso de Benjamín y quien lo ayuda a mantenerse cuerdo. El resto del elenco lo integran Alejandro Calva como el corrupto jefe de la policía local, Silverio Palacios como un delincuente común, Daniel Giménez Cacho como un agente federal, Tony Dalton como un traficante de armas, Ernesto Gómez Cruz y María Rojo como el señor y la señora Reyes.
En conclusión, El Infierno es una excelente película que lejos de ser una obra ficticia, se trata de una dura crítica a la situación actual del país, así como al gobierno del mismo. Debido a lo que dice y a como lo dice (de manera cruda y violencia), no dudo ni tantito que la cinta dure poco en cartelera, pues seguramente habrá gente "poderosa" que no estará muy contenta con ella. En verdad, si tienen la oportunidad de verla háganlo lo antes posible, antes que la tijera de la censura haga de las suyas. Se trata sin duda, de una de las mejores películas mexicanas de los últimos años y que seguramente se convertirá en referencia obligada para las futuras generaciones que quieran conocer y entender que pasaba en México a principios del siglo XXI.
ADVERTENCIA: Los siguientes párrafos contienen información esencial acerca de la trama de la película.
Me latió:
1. La cinta no se anda con rodeos y dice las cosas con pelos y señales. En concreto, la crítica va hacia el gobierno federal y la "guerra" contra el crimen organizado. No pienso entrar en discusiones absurdas y polémicas de quien tiene la razón y quien no, por lo que les recomiendo que vean la película y cada quien se forme su propia opinión al respecto.
2. La excelente investigación que los realizadores llevaron a cabo respecto al tema. Desde los narcomensajes (con todo y faltas de ortografía), las ejecuciones (explícitas y violentas), el estilo de vida de los narcotraficantes y incluso una referencia a los atentados de hace 2 años en Michoacán durante los festejos del Grito de Independencia, la película no deja nada a la imaginación y recrea lo hechos lo mejor que puede.
3. Hay varias escenas y diálogos que son pedradas directas hacia algo o alguien en específico. Uno de los mejores momentos es cuando Benjamín le regala una televisión a su madre y le dice algo así como "Aquí tiene madre, para que vea sus telenovelas y se olvide de esta pinche realidad". ¡¡¡APLAUSOS!!!
4. En una de las escenas finales, durante la celebración del 16 de Septiembre, se representa a todos y cada uno de los actores y fuerzas políticas que controlan al país: la policía, los políticos, la iglesia, etc.
No me latió:
1. El final perfecto hubiera sido justo después de que Benjamín mata a todos sus enemigos durante los festejos del Bicentenario, cuando la sangre de Reyes escurre sobre el escudo nacional y el letrero con fuegos artificiales que dice "VIVA MÉXICO" se apaga. Lástima, la película se prolonga todavía unos cuantos minutos más para mostrar una secuencia totalmente innecesaria.
No recomendada para: Si la violencia te desagrada o si eres de esas personas cerradas que cree que todo es una exageración y que en realidad los problemas del país no son tan graves.
Por si alguien a estas alturas no lo sabe, este es el año del famoso "Bicentenario". Los medios de comunicación nos bombardean con spots para recordarnos a los héroes que nos dieron patria y libertad, los festejos que se avecinan, lo "maravilloso" que las cosas andan en el país y de la "dicha" de ser mexicano. Todo esto suena muy bonito y en verdad lo sería si no fuera porque la realidad del país dista mucho de ser la que nos han querido vender. El Infierno es una película que llega a las salas de cine en la víspera de los festejos del Bicentenario, para (además de causar polémica) tratar de generar conciencia por medio de un retrato duro, pero realista de lo que sociedad mexicana vive en la actualidad.
Benjamín García (Damián Alcázar) regresa a su pueblo natal, San Miguel Arcangel, después de vivir 20 años como mojado en los Estados Unidos y de inmediato se da cuenta que la situación en su comunidad está mucho peor que cuando el se fue. Por si fuera poco, recibe la noticia de que su hermano menor fue asesinado hace 6 años por un grupo de sicarios. En realidad su hermanito, conocido como El Diablo, era uno de los hombres más peligrosos del narcotráfico. Benjamín trata de ganarse la vida honradamente pero pronto se da cuenta que la única oportunidad para prosperar en ese lugar es trabajando como matón para la familia Reyes, quienes son dueños de prácticamente todo en kilómetros a la redonda. Poco a poco Benjamín se irá adentrando más y más en este mundo de violencia desmedida al mismo tiempo que luchará consigo mismo por rescatar algo de su humanidad.
¿Lo anterior les suena familiar? Tan sólo es la historia de miles de connacionales que por falta de oportunidades se ven forzados a cruzar la frontera o volverse narcotraficantes. Luis Estrada (a quien seguramente van a tachar de ser el enemigo público #1 del momento) conoce a la perfección a su público y lo demuestra con uno de los mejores guiones que el cine mexicano ha visto en su historia. ¿A qué me refiero? Pues a que todo lo que va sucediendo a lo largo de la cinta está diseñado de tal forma que causa en el espectador la reacción esperada en el momento esperado. La primera parte de la película explota el esterotipo del narcotraficante en una combinación de parodia y humor negro que recuerdan un poco el estilo de La Ley de Herodes. Lo grandioso viene después, pues justo cuando el espectador ya está metidísimo en la trama, la cinta deja completamente de lado la comedia y comienza a presentarnos la realidad a la que la gente de estas comunidades debe enfrentarse día con día, esa de la que todos los demás tan sólo escuchamos de lejos (por supuesto manipulada) en algún noticiero. En este punto ya no había risas en la sala de cine en la que me encontraba, todos observamos atentos y horrorizados a las imágenes que se nos presentaban, pues como dicen por ahí "La verdad no peca, pero incomoda".
Las actuaciones son excelentes ya que el reparto lo integran prácticamente los únicos talentosos del país. Damián Alcázar nos brinda una magnífica actuación como Benjamín, éste hombre común y corriente que vive un constante conflicto consigo mismo por las cosas que se ve obligado a hacer para poder ganarse la vida. De igual manera, Joaquín Cosio hace lo suyo en el papel de El Cochiloco, un hombre muy parecido a Benjamín pero que a diferencia de éste, no tiene ya ningún rastro de humanidad ni moral. Elizabeth Cervantes también hace un buen trabajo, ella interpreta a Lupita, el interés amoroso de Benjamín y quien lo ayuda a mantenerse cuerdo. El resto del elenco lo integran Alejandro Calva como el corrupto jefe de la policía local, Silverio Palacios como un delincuente común, Daniel Giménez Cacho como un agente federal, Tony Dalton como un traficante de armas, Ernesto Gómez Cruz y María Rojo como el señor y la señora Reyes.
En conclusión, El Infierno es una excelente película que lejos de ser una obra ficticia, se trata de una dura crítica a la situación actual del país, así como al gobierno del mismo. Debido a lo que dice y a como lo dice (de manera cruda y violencia), no dudo ni tantito que la cinta dure poco en cartelera, pues seguramente habrá gente "poderosa" que no estará muy contenta con ella. En verdad, si tienen la oportunidad de verla háganlo lo antes posible, antes que la tijera de la censura haga de las suyas. Se trata sin duda, de una de las mejores películas mexicanas de los últimos años y que seguramente se convertirá en referencia obligada para las futuras generaciones que quieran conocer y entender que pasaba en México a principios del siglo XXI.
ADVERTENCIA: Los siguientes párrafos contienen información esencial acerca de la trama de la película.
Me latió:
1. La cinta no se anda con rodeos y dice las cosas con pelos y señales. En concreto, la crítica va hacia el gobierno federal y la "guerra" contra el crimen organizado. No pienso entrar en discusiones absurdas y polémicas de quien tiene la razón y quien no, por lo que les recomiendo que vean la película y cada quien se forme su propia opinión al respecto.
2. La excelente investigación que los realizadores llevaron a cabo respecto al tema. Desde los narcomensajes (con todo y faltas de ortografía), las ejecuciones (explícitas y violentas), el estilo de vida de los narcotraficantes y incluso una referencia a los atentados de hace 2 años en Michoacán durante los festejos del Grito de Independencia, la película no deja nada a la imaginación y recrea lo hechos lo mejor que puede.
3. Hay varias escenas y diálogos que son pedradas directas hacia algo o alguien en específico. Uno de los mejores momentos es cuando Benjamín le regala una televisión a su madre y le dice algo así como "Aquí tiene madre, para que vea sus telenovelas y se olvide de esta pinche realidad". ¡¡¡APLAUSOS!!!
4. En una de las escenas finales, durante la celebración del 16 de Septiembre, se representa a todos y cada uno de los actores y fuerzas políticas que controlan al país: la policía, los políticos, la iglesia, etc.
No me latió:
1. El final perfecto hubiera sido justo después de que Benjamín mata a todos sus enemigos durante los festejos del Bicentenario, cuando la sangre de Reyes escurre sobre el escudo nacional y el letrero con fuegos artificiales que dice "VIVA MÉXICO" se apaga. Lástima, la película se prolonga todavía unos cuantos minutos más para mostrar una secuencia totalmente innecesaria.
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas:
damian alcazar,
el infierno,
joaquin cosio,
luis estrada
Suscribirse a:
Entradas (Atom)